01 mayo, 2012

Profesión: Ama de Casa

 


 

Desde el primer momento en que me hice mamá, pensé que no me quería separar de mi hija ni un segundo. La miraba y sólo pensaba en lo mucho que quería estar a su lado para no perderme un solo momento de su vida. Pasaron los días y luego ese sentimiento se transformó en un repudio total por el trabajo, la oficina, o cualquier cosa que implicara estar lejos de mi bebé. Alargué lo más que pude mi licencia de maternidad y cuando me enfrenté al trabajo cara a cara después de 4 meses de estar asilada en mi casa aprendiendo a ser mamá, me encontré con una cruda realidad: Quiero ser ama de casa. Sí, ama de casa: Esto quiere decir no trabajar, dedicarme a mi hija, a mi familia y a ser mamá de tiempo completo. Después de mucho analizar la situación y enfrentarme a una riña conmigo misma, tomé una de las decisiones más trascendentales de mi vida. Una decisión difícil que implicaba dejar a un lado mi profesión y quien yo había sido hasta ese momento para convertirme en una nueva persona. ¿Yo, una mujer profesional, emprendedora, capaz e independiente convertida en ama de casa? Sí. Me dí cuenta que esas mismas características eran las que me estaban impulsando a este cambio.

Ser ama de casa es una labor que con el tiempo se ha ido demeritando y cada vez se le resta más importancia. Las mujeres, concentradas en su vida profesional y en demostrar de lo que son capaces, se han olvidado de la tarea más primitiva y crucial que tenemos y es la de ser mamás y acompañar a nuestros hijos en el camino de exploración de la vida. Las mujeres de mi generación venimos ya con el “chip” de la independencia, de que nadie nos mantiene y que esto de dedicarse al hogar es totalmente anticuado y simplemente no es una posibilidad de vida para ninguna. Debo confesar que alguna vez juzgué a quienes se dedican al hogar porque no me parecía una labor interesante, pero hoy entiendo la importancia de quedarse en casa, y no solo la encuentro crucial y muy positiva, sino encantadora.  Respeto totalmente a mis amigas, colegas y todas aquellas mujeres que optaron quedarse en la oficina porque es lo que las hace felices o por que tienen la necesidad de hacerlo, pero las invito también a que apoyen a quienes decidimos quedarnos en la casa, porque ese trabajo mis queridas, es tan complicado y trascendental como el que se desenvuelve en los cubículos de una oficina.

Es cierto que se pueden hacer las dos cosas al tiempo, trabajar y ser mamá. Y creo que ese es el estado que muchas quisieran alcanzar, un balance entre el trabajo y la vida de familia. Acompañar a nuestros hijos al parque, y hacer una reunión por Skype, todo al mismo tiempo. Hoy tenemos muchas opciones: trabajos de medio tiempo, home office o negocios por Internet. Todo se vale a la hora de ser súper mujeres. En mi caso, tomaré mi trabajo con calma, iniciaré mi actividad laboral poco a poco y cuando realmente sienta que es el momento regresaré al campo. Esto de ser mamá está muy interesante y estoy disfrutando cada día que pasa. Está claro que renunciar a la vida laboral (así sea por un tiempo) es una decisión complicada que no es para todo el mundo, sin embargo necesitamos dejar de ser juzgadas… ¿por quC ser ama de casa se volvió tan malo? Es un error referirse a las amas de casa como “mujeres que no trabajan” o “mujeres mantenidas” llevar una casa, una rutina y manejar a los niños es una iniciativa que debe ser reconocida, no sólo por el esfuerzo que implica sino por la importancia que tiene. El trabajo de ama de casa además, es el mejor recompensado del mundo.

He descubierto que ser ama de casa no sólo es un orgullo sino un privilegio del cual afortunadamente puedo gozar. Todos los días doy gracias a la vida por tener esa fortuna y tengo claro que nunca dejaré de ser quien soy. Conservo mi espíritu y mis ganas de mejorar todos los días, haciendo lo que me apasiona y aprendiendo de cada vivencia. Eso es lo que quiero que mi hija vea de mí: Un ejemplo de mujer profesional, emprendedora, capaz e independiente que hace todo por ser mejor.
A mis amigas, sean ejecutivas o amas de casa, solo les puedo decir que sea cual sea la situación en la que se encuentren, lo importante es estar feliz con lo que tienen. Disfruten su profesión, recuerden que somos mujeres capaces, fuertes y suficientemente independientes como para tomar nuestras propias decisiones. Somos madres, mamás que trabajan en oficinas, mamás que limpian la casa, mamás ejecutivas, mamás de medio tiempo… Pero al final hay algo que nos caracteriza y nos une, y es ese sentimiento que tenemos por nuestros hijos, y esas ganas de hacer por ellos siempre lo mejor y de la mejor manera posible. Sea desde la casa o desde la oficina.

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